Todo empezó de
una manera muy muy extraña. La verdad es que durante mis estudios en la ESCA
mis amigos y yo nos distanciamos.
Así que durante
algunos semestres estaba en otros grupos, fue donde conocí al Moy, pinche negro
culero.
La verdad es
que la escuela me valía madres. O sea, si quería terminar y todo pero después
de tanto maestro pendejo ya me daba igual poner o no atención. Bastaba preparar
la exposición 5 minutos antes, improvisar y ya.
Así es que el último
semestre, cuando volvimos a estar todos en el mismo salón, fue Giovanni el
entusiasta que en clase de Seminario de Titulación propuso:
- Hagamos algo chingón, una tesis por la que nos recuerden
Yo, entre mi
cinismo y mi hartazgo sugerí:
- Hagámosla sobra la carrera y cómo es que ésta apesta
A esos weyes
les pareció buena idea y todos nos emocionamos. Seguramente nos embriagamos de
la emoción... o por el pretexto que hubiera sido, seguramente así fue. Fuimos,
presentamos el proyecto, lo aprobaron y... ya. Durante meses no hicimos nada.
Fue el pinche
negro culero del Moy quien me empezó a reventar las pelotas que para cuando
hacíamos algo y que no sé qué y que la chingada.
Así que justo
cuando faltaban como 3 semanas para terminar la carrera empezamos a hacer las cosas.
Teníamos que partir de una base científica, así que tuvimos que redactar un
montón de cosas sobre pedagogía y comportamiento humano. Al chile casi todo lo
baje de internet.
Lo que sí
hicimos fueron encuestas, propuestas, análisis. Y al final de cuentas la
conclusión que hoy sigo defendiendo es que entramos en un círculo
vicioso.
Les explico por
qué:
El maestro del
IPN es sindicalizado, por lo que no importa lo que haga, LO QUE SEA,
seguramente nunca lo van a correr, así que eventualmente la vocación le termina
valiendo madre. Hoy entiendo que hay más factores, como el hecho de que las
personas que defienden una posición de poder (mis vidos, el puesto de jefe de
carrera es de 20 pesos, ternuras) asignan a los maestros como les da su
chingada gana, en materias que no tienen nada que ver con su perfil.
El alumno, en
muchos casos huevón como éramos nosotros, cae en ese mismo estado de
indiferencia. ¡Vamos! No ha visto nada que lo inspire, que le haga querer
estudiar y crecer. La promesa de un futuro profesional suena aún muy lejos a
esa edad.
Ese fue nuestro
proyecto.
Así que al
terminar la escuela yo iba casi diario a buscar a mi asesor para pedirle fecha
de presentación. Ya que lo habíamos terminado hubiera sido un idiota si no concluía
todo el proceso de titulación. Vale la pena señalar que mi maestro nunca estaba
disponible, creo que era alcohólico el wey (neta). Un día fui y ahí estaba el
cabrón. Me vio, me dio el avión y seguimos adelante. Pero algo más pasó. Me
llevó con Iván Ramírez Chavero, quien en ese entonces era jefe carrera.
Dice mi asesor:
- Este es el de que te hablé
- Ya veo, si lo
conozco - dice Iván, para posteriormente decirme a mí:
- ¿Quieres dar
clases?
Dije que sí. No
sé por qué o que pensó. Yo sabía que ese sería de alguna manera un resultado
lógico de lo que habíamos presentado y de que yo ya daba clases de inglés, solo
no pensaba que fuera tan rápido. Me dio un papelito con el grupo, la materia y
la hora (aún lo conservo).
Saliendo de
ahí, me fui a mi carro (tenía un Chevy 2001) y pensé: “¿pero qué mierda acabo
de hacer?” Pero también supe que no iba a caer en lo que criticaba, que tenía
que estudiar, prepararme, crecer. Iván decía: cualquier persona inteligente
puede dar una clase bien. Creo que tenía razón.
La primera vez
que entré a un grupo, ese primer día, el nervio hizo que me doliera la barriga
bien cabrón. Nunca había sentido eso y solo lo he vuelto a sentir hace poco (si
lees esto, tú sabes por qué).
Estuve dos años
dando clase como invitado. Lo cual representa que no me pagaban ni un quinto.
Por puro pinche amor pues. Dos años después entre formalmente. En esos tiempos,
con ayuda de Enrique Bravo y Eleazar Najera obtuve una base en el instituto. La
neta le debo un montón a estos tres y nunca supe por qué. ¿Acaso les contaba
chistes tan chingones?
Durante esos
años me especialicé en lo que hago hoy, termine una maestría, seguí estudiando,
aún hoy seguimos haciéndolo, esa es nuestra chamba como consultores.
Durante esos
años, varias veces, diferentes administraciones me cambiaban horarios,
materias, incluso me cambiaron de carrera. Y lo soportaba, por idealista. Pero
poco a poco te vas volviendo más cínico: dejas de preocuparte por la comunidad
y esas mamadas y te empiezas a preocupar porque el alumno aprenda y ya.
Y todo iba
bien.
Hasta que llega
la más reciente administración. Y de repente me quitan de las materias que
tienen que ver con mi perfil para ponerme a dar cualquier cosa. Bajo diferentes
argumentos que honestamente son pura pinche ñerada:
“Es que no vas
a las juntas de academia”
“Es que no
apoyas a la comunidad”
“Es que estas
materias ya las diste” (si cabrón! Cuando era invitado y no me pagaban)
“Es que faltas
mucho” (recuerden que tenga una chamba real que me exige más tiempo)
Pero hubo una
que realmente me cagó la madre:
"Es que no
sabe del tema”
¿Qué? Cabrón,
puedes decirme vago, culero, flojo, borracho, impuntual, burlón, naco, lo que
quieras. ¿Pero eso? ¿Neta?
Así que no voy
a ser humilde: considero que existimos muy pocas personas que realmente nos
dedicamos a estudiar este pedo más allá de ser meramente operativos que viven
al día. Y este pendejo viene a decir eso. Y está bien, si esas personas
supieran más que yo. Pero NO es el caso. ¿Quieren sacarme por eso?
¡Perfecto!
Hagamos un examen, una prueba, un concurso, llámenle como quieran. Y que él
quede peor evaluado que se vaya a la verga. Y que hagan eso con todos los
profes, ¿no? Porque nada más no entendemos.
Así que también
pensé: “eso nunca va a pasar” ¿Y qué pinche necesidad tengo, a estas alturas de
mi vida, después de 12 años, de andar pidiendo que se respete el conocimiento
del docente y por ende al alumno?
Lo intenté,
neta que sí. Pero al final de cuentas no sé qué chingados les incomoda de mí,
qué es lo que tanto les molesta o les amenaza, pero me mandaron a la verga. Y
aquellos que fueron mis maestros, que yo conocí y que nada más no me enseñaban
ni madres siguen ahí, dando lo mismo, así que ya no entiendo. ¿Qué se necesita?
¿Lamer huevos? ¿Ser parte del séquito de pendejitos que apoya a la
administración esperando les regalen dinero? ¿Buscar un puesto más político?
Y entonces,
después de todo eso, de tantas y tantas cosas, experiencias, alegrías,
satisfacciones, risas, enojos, después de todo, ya no pude continuar.
Pero ha valido
la pena, cada uno de esos 12 años. Es súper bonito que un alumno recuerde, o te
agradezca, o escuchar: “gracias a ti me quedé en donde trabajo”. Es súper lindo
saludarlos siempre, en conciertos, en bares, en la escuela, donde sea. Saber
que crecen, que viven, que sueñan.
Así que gracias
a ustedes, porque la neta, creo que el que está delante del salón siempre
termina aprendiendo más.
Gracias vida,
por todo lo que me has regalado, por tantos años de hacer lo que me apasionaba
por el puro gusto de contribuir un poquito e intentar hacer una diferencia.
Te mando un abrazo desde acá.
ResponderEliminarGracias a tí conocí una de mis canciones favoritas y conocí a Depeche Mode. PP
Un saludo de vuelta!!! Que bonito saber eso.
ResponderEliminarLa neta todo lo que se de Marco Legal es por ti, ya sabes venía de Voca 5 y pues nada más no nos enseñaban ni madres. Es una lástima que por la administración que está de la versh te hayan quitado. Pero bueno lo hecho hecho esta y no pudo haber sido de mejor manera. Saludos Alexis. Daniel Rdz.
ResponderEliminarMe siento orgulloso de decir yo estuve cuando impartió clases en la ESCA el profe Alex, no aprendí mucho pero era la clase que valía la pena entrar
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar